Saturday, January 17, 2015

Programar es entender

Título alternativo: Programar computadoras es más, mucho más, que sólo escribir código.


En torno al aprendizaje de la programación y su relación con las oportunidades de negocio basado en software me llega a la mente la frase «If you build it, they will come.», la cual aplica para algunos casos en que la sola presencia de una posibilidad técnica provoca el brote de una necesidad que de pronto requiere satisfacción; Whatsapp sería un caso, saber programar jugó un papel, por supuesto, pero con “programar” no digo sólo escribir el código sino, además, entender los detalles de «push notifications» a cabalidad; lo cual jugó un papel clave en el modelo aplicativo y, por tanto, en el modelo de negocio, sus alcances y sus limitantes. Sabemos que la frase no es regla sino es más un golpe de suerte, pues hay muchos casos de lo contrario; por ejemplo, ¿recuerdan el dispositivo Newton, de Apple?, ¿NeXTStep?, ¿Oslo, de Don Box?

En torno a las oportunidades de negocio y su relación con el profesionalismo comentaré de manera sucinta que en ocasiones el valor a largo plazo en los negocios suele estar bien cimentado y apuntalado sobre un muy alto nivel de calidad en lo desarrollado. Semejante expectativa de calidad está relacionada a una no menor expectativa en calidad profesional. Si la calidad en software es igual a la calidad profesional entonces los programadores están entre quienes ejercen altos estándares en conocimiento científico sobre cómputo digital y también en ética profesional; por supuesto, estándares que no incluyen incurrir en concesiones por la sola razón de intereses económicos parciales (“mi cuota, mis commitments, mi compliance, mis bonos,…, y que los clientes sirvan a mis intereses en primer lugar.”) a costa de arriesgar la calidad y el prestigio profesional. Los negocios pueden mantenerse, además, con buen profesionalismo, como lo alude Bjarne Stroustrup en una plática reciente cuando muestra un tipo de código en C++ y menciona que ese tipo de código ha sostenido la vida profesional y económica de no pocos en esta industria.

Un mejor profesionalismo no debe significar más burocracia; como, por ejemplo, es el patético caso real de una organización que anuncia con gran pavoneo que su nivel de ingeniería de software ha mejorado pues ahora su métrica de documentos cumplidos para lograr una certificación ya llegó a 6,000 documentos. Un mejor profesionalismo implica mejorar tanto teoría como práctica. Si se cojea de una de ellas el resultado es sólo caminar en círculos, y no la mejora en calidad profesional.

Un cierto anti-intelectualismo imperante en algunos ambientes en nuestra industria provoca un rechazo inmediato ante la palabra ‘teoría’, pero pienso que sólo es una trampa del lenguaje; es decir, usan la palabra ‘teoría’ cuando en realidad quieren decir otra cosa. Pienso que con frecuencia quieren decir «falta de progreso» en un proyecto donde sólo hay «exceso de actividad». Entonces la trampa está en confundir cantidad de actividad con cantidad de progreso.

Por el contrario, cuando digo mejorar la práctica teórica me refiero a repensar una determinada estructura conceptual con el objetivo de mejorarla o reemplazarla por una más adecuada. Es decir, trabajar la teoría es entender mejor lo que está pasando detrás de las acciones, lo cual es aquello que en buena medida las gobierna. En otras palabras, no es suficiente hacer algo, sino también es indispensable entender mejor por qué se hace. Para ilustrar lo que intento decir me apoyaré en lo que explica el Dr. Raj Shah con su ejemplo de la multiplicación: Why is Math Different Now.

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